ACTIVIDAD 2.1.
Basándote en los puntos de
"Relaciones familia y escuela", haz una reflexión sobre las dificultades de las relaciones
entre familias y escuelas.
1. Cambios en la familia
El concepto de familia que existe hoy en día causaría un
enorme revuelo años atrás. La familia, como tantas cosas cotidianas, ha sido
sometida a los cambios de la sociedad. No podemos hablar del mismo concepto
hace 50 años, que en la actualidad, pues sufre día a día cambios
significativos.
Antiguamente, el concepto de familia correspondía a un conjunto formado por un padre, una madre
y los hijos correspondientes. Esto era considerado, y sigue siendo considerado
por muchos lo “normal”. A ello se le podían sumar miembros consanguíneos como
abuelos, primos, cuñados, etc. Pero concretamente se reduce a los miembros que
normalmente viven en una misma residencia.
No es raro seguir observando en instituciones relevantes que
no quieren que este concepto evolucione, es más, se empeñan en que no avance.
Si los tiempos cambian, la familia cambia con ellos, aunque algunos no lo
quieran reconocer.
Volviendo a ese único concepto papa-mama-hijos, se adoptaban
unos roles que se desempeñaban en todas las familias. El padre salía de casa y
era el que aportaba el capital necesario para el sustento de la familia; ya
trabajara en una oficina como en el campo, era el encargado de llevar el dinero
a casa. La madre se dedicaba expresamente a la casa; cuidaba de sus hijos,
llevaba a cabo las tareas del hogar, etc. Solo en algunas ocasiones la mujer
trabajaba fuera de casa, normalmente en oficios de trato directo con las
personas, más emocionales (enfermeras, maestras,…). En la antigüedad, tenía
mayor prestigio una mujer que vivía de su marido, que una mujer independiente y
trabajadora.
No obstante, cuando una pareja pasaba por el matrimonio (algo
prácticamente institucionalizado) normalmente por la Iglesia, era para toda la
vida, de hecho, cuando una persona se separaba era mal visto por la sociedad,
no se aceptaba como en la actualidad. Los divorcios, adulterios, madres
solteras, etc., eran altamente criticados.
Junto a todo esto, cabe destacar la principal interventora que
había en España, la Iglesia Católica. Hacía y deshacía a su antojo,
prácticamente toda la población española eran practicantes de esta doctrina,
por lo cual seguían sus modelos, creencias y actuaban conforme a sus
decisiones. La sociedad vivía con miedo a las represiones y castigos, por lo
cual preferían nadar en dirección correcta, no se salían de lo común.
Dentro de la educación, condicionada por la familia, la Iglesia también estaba presente en todo
momento, pues las niñas y los niños estudiaban en centros distintos y por lo
tanto había una separación de sexos. Además, no eran educados de la misma
forma.
Al inicio de la
creación de la escuela, las mujeres se vieron excluidas, ya que su futuro se
basaba en ser madres y esposas. Las pocas que eran llevadas a la escuela
aprendían buenas costumbres y disciplina. Ya en el siglo XIX crece la
escolarización femenina, aunque las escuelas seguían separadas por sexos. Pero es en el siglo XX
cuando se unifica la escuela, se hace pública y gratuita. Dentro de los campos
mayoritarios estudiados por mujeres en la universidad, eran la salud y la
educación, básicamente lo relacionado con las emociones personales. Las
familias, simplemente aceptaban la educación que en el momento recibían sus
hijas, además veían bien que se les enseñara a ser amas de casa, aunque cuando
las mujeres empezaron a estudiar no veían futuro, no tardaron en observar que
las mujeres eran capaces de estudiar para trabajar igual que los hombres.
Sin embargo a los hombres, se les enseñaba desde muy pequeños
materias clave como las ciencias, matemáticas, tecnología, etc. Pues de ellos
se esperaba que fueran los cabeza de familia y que fueran los que debían llevar
el sustento a casa. Además todos eran educados militarmente para servir a la
nación, ya que era el hombre el ser fuerte y dominante en la sociedad antigua.
Las familias, tenían una fuerte preferencia por los estudios de los niños y en
ocasiones, se prefería que las niñas trabajaran de pequeñas y que los niños
siguieran estudiando, porque se creía que sería de mayor provecho. No obstante,
se observó que esto era un gran error.
Actualmente, sin embargo, no podemos decir que el concepto de
familia no ha cambiado, es más, ha sufrido innumerables cambios, que éticamente
han mejorado el concepto. Sigue habiendo mentes demasiado cerradas, pero por
fortuna, somos más humanos y directamente las familias enseñan a sus hijos a
vivir con los constantes cambios de la sociedad.
Hoy en día, la sociedad no se rige por un modelo básicamente
único, sino que cada individuo constituye su vida, su familia propia. Dejan
atrás los ideales, toman sus propias decisiones, eligen su formación, sus
estudios, su trabajo, su forma de vivir, sus estructuras sociales y su manera
de crear una familia. Por lo tanto, son mucho más libres de lo que eran en la
antigüedad. Y si la libertad es el principio de la felicidad, actualmente la
sociedad es mucho más feliz que antes. Los niños nacen en familias distintas a
las antiguas, con dos mamás, dos papás,
solo una mamá, solo un papá, etc. Aprenden a vivir así, y en consecuencia son
mucho más tolerantes, porque para ellos es normal.
Se ha creado la idea
individualista. Ya no preocupa tanto el pensamiento colectivo, sino que
pensamos personalmente y por los propios intereses. Deja de ser el pensamiento
principal tener una pareja y una familia, acompañado de bienes materiales. Nace
la importancia de un futuro profesional individual y se sitúa en el primer
puesto.
Todo está bastante ligado a la abundante incorporación de la
mujer al mundo laboral, esto ha favorecido enormemente a sus relaciones
sociales ya que antiguamente solo se relacionaba de una manera más familiar,
por lo tanto no tenía tanta libertad. Además esta incorporación de la mujer al
mundo laboral provoca que las tareas domésticas y el cuidado de los niños
recaigan no solo en la mujer, sino que se reparte entre los dos componentes de
la pareja.
Por consiguiente, en las últimas décadas se dan innumerables
nuevos fenómenos como el divorcio, las uniones consensuales, la transmisión de
apellido, la reproducción asistida, las adopciones, o últimamente los regímenes
de custodia compartida, lo cual ha modificado el concepto de familia
enormemente.
Observamos que las relaciones entre padres/madres hijos, ya
no es tan autoritaria como solía ser años atrás. Nace el concepto de familia democrática, en la que los
hijos pueden mostrarse con una opinión contradictoria a los padres. Y esta
opinión no tiene por qué tener una connotación negativa, sino que puede ser
constructiva. Los hijos aportan otro punto de vista, con el fin de mejorar la
relación, toma de decisiones, etc. Esto no quiere decir que los padres pierdan
autoridad, sino que pueden tener una visión más amplia de los sentimientos de
sus hijos. Esto hará de los hijos, unas personas seguras, ya que se sienten
escuchados y sienten confianza hacia sus padres. Es un modo de hacer que todos
los miembros de una familia tengan derecho de opinión, dentro de unos límites
establecidos por los padres, pero teniendo un papel importante.
Tan alta es la influencia de la familia en el niño que estos
observan minuciosamente a sus antecesores para tener un modelo a seguir o un modelo al que no seguir. Esto quiere decir que
los padres siempre son el punto de referencia para los hijos. Un niño observará
comportamientos positivos en sus padres que intentará igualar o superar,
mientras que los negativos los intentará reducir o anular. “La familia es el castillo del que partimos y
nuestro último reducto. Cuando se quiebra, caemos en la despersonalización más
absoluta.” [1]
Pues en los centros educativos, todos serán educados por
igual pero es la familia quien marca la diferencia, quien afronta los problemas
de una manera más personalizada. Es la encargada de dar unos valores éticos,
morales y sociales que se reflejarán en el comportamiento de sus hijos para
afrontar el futuro. Y además, es un acierto por parte de los progenitores
adaptarse a la sociedad del momento, para poder dar una educación de calidad a
sus hijos. Pues poder adaptarse a las situaciones, dice mucho tanto de las
familias como de sus hijos, un buen método no es tener los hijos que una
familia desee, sino los hijos que una familia pueda educar.
Para entender todos estos factores es importante ver la
evolución que ha sufrido la familia, y con ello los diferentes tipos que hay de
ella, según sus componentes:
- Familia nuclear o tradicional: formada por la madre, el padre y su descendencia.
- Familia extensa:formada por parientes cuyas relaciones no son únicamente entre padres e hijos. Puede incluir tíos, primos, abuelos y parientes consanguíneos o afines.
- Familia monoparental :en la que el hijo o hijos viven sólo con uno de sus padres.
- Familia ensamblada:es la que está compuesta por agregados de dos o más familias (ejemplo: madre sola con sus hijos se junta con padre viudo con sus hijos).
- Familia homoparental: aquella donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños. Las parejas homoparentales pueden ser padres o madres a través de la adopción, de la maternidad subrogada o de la inseminación artificial en el caso de las mujeres. También se consideran familias homoparentales aquellas en las que uno de los dos miembros tienen hijos de forma natural de una relación anterior.
2. Cambios en la escuela
En primer lugar debemos saber cuáles son las funciones que la
escuela debería cumplir en la sociedad de hoy en día. Las funciones de la
escuela no han sido siempre las mismas ya que las ha tenido que ir adaptando a
una sociedad cambiante. Siempre se ha tenido la necesidad de transmitir
costumbres, creencias, principios y valores. Está claro que la principal
función de la escuela es la de enseñar, pero ¿qué enseñar?, ¿cómo enseñarlo?,
¿quién debe enseñarlo? Como respuesta a todas estas preguntas, se han
establecido una serie de funciones que la escuela tiene que cumplir en la sociedad:
Funciones manifiestas. Son las reconocidas y legitimadas. Por ejemplo: los
niños van a la escuela a aprender cuestiones académicas.
- Función de capacitación para el trabajo. Preparar al alumno para incorporarse al trabajo.
Funciones ocultas o latentes. Se prestan al servicio de determinados sectores. Por
ejemplo: los niños a la vez que aprenden conocimientos académicos, aprenden a
comportarse, ser responsables,…
- Función reproductora y función compensadora. Con esta función la escuela debe reproducir los valores de la sociedad en la que vive, buscando la igualdad de todos y compensar las desigualdades. Uno de los objetivos sería el de crear una escuela común para todos.
- Función socializadora. La escuela es uno de los mejores medios que podemos usar para que niños de la misma edad compartan tiempo y realicen actividades juntos. Estas experiencias ayudan a los niños a conocerse, a comunicarse, a conocer a los demás…
- Función de custodia. Empieza a aparecer la necesidad de cuidar de los niños antes de la jornada escolar ya que muchas veces los padres tienen que acudir al trabajo mucho antes de que empiece la escuela.
- Función de cohesión social. Crear una identidad de cultura común, teniendo como nueva base de organización política la nación.
Desde muchos puntos de vista la escuela no ha cambiado tanto.
Es cierto que cada vez acuden más niños a la escuela por el hecho de que se ha
impuesto como obligatoria la educación desde los seis años hasta los doce,
también acuden a las aulas cada vez más cantidad de niños procedentes de otras
culturas,… pero aún así, queda mucho camino por recorrer.
Es verdad que se han ido incorporando mejoras en las aulas,
como pueden ser pizarras táctiles, proyectores,… que es verdad que hacen las
clases más amenas e incluso captan la atención de los alumnos. Pero, ¿es
suficiente? La respuesta es bastante clara: no hemos cambiado nuestra forma de
enseñar ni de aprender. En España “lo que se lleva” es llegar a clase, coger el
libro de referencia, mirar la unidad que toca, “dar la clase” y que los niños
hagan los ejercicios correspondientes, lleguen a casa y se aprendan el tema
para luego “soltarlo” como un papagayo en el control.
Aunque sí. Es cierto que mediante las nuevas leyes se va
intentado que el sistema educativo cambie. Ejemplo de ello son las competencias
que se van creando, las cuales intentan que el niño no sólo se quede en el
“copia y pega” mental, sino que aprendan el porqué de las cosas. Los estándares
de aprendizaje son otra forma para evaluar de una manera meticulosa si
realmente el niño alcanza todos los objetivos que se plantean.
En Europa se le da una gran importancia al hecho de aprender comprendiendo. Y esto es lo que
se está intentando implantar en nuestras escuelas y con ello, la forma de
enseñar en las universidades a esos futuros maestros y profesores. Llegamos
aquí a un doble tema muy complicado:
- Por una parte encontramos a esos maestros de la “vieja escuela” que dan clase en los colegios. Esos maestros, que como hemos dicho antes, se limitan a seguir el temario de un libro y lo único que importa es que el alumno supere el control de los temas. ¿Qué deberíamos hacer con esos maestros si lo que pretendemos es cambiar el sistema? ¿Volvemos a mandarlos a la universidad? ¿Les exigimos una renovación del título? Con todo esto llegamos a una de las principales dificultades que todos los gobiernos, sea cual sea su ideología, se encuentra al redactar una nueva ley de educación. Incluso el problema llega cuando un maestro recién graduado llega a una escuela y, claramente, sus métodos chocan con muchos otros maestros. Y los padres notan ese cambio. ¿Qué se debe hacer?Esto nos conduce a la cuestión de si realmente los futuros maestros están recibiendo una educación profesional de acuerdo a las necesidades de la escuela cambiante.
- Con esto quiero decir, que en las universidades también hay “profesores de la vieja escuela”, que es cierto que han incorporado a sus clases presentaciones con nuevas tecnologías y también nos intentan hacer ver que tenemos que cambiar la forma de dar clases en las escuelas, pero hay que predicar con el ejemplo, con lo que se quiere decir, que no podemos pretender que nuestros alumnos universitarios sean maestros de la nueva escuela que se busca cuando les enseñamos a enseñar leyendo una presentación en un proyector.
Uno de los mayores problemas que encontramos es que la
institución escolar no evoluciona al mismo ritmo que la sociedad. Como se ha
señalado anteriormente, no puede basarse en la mera transmisión de
conocimientos teóricos. Aparte de esto, cada vez hay más diversidad de
alumnado, por lo que cada vez hay más diversidad de necesidades y peticiones y
cada vez hay más problemas a la hora de poner soluciones.
Por ello, la escuela debe abordar nuevas tareas que permitan
a los niños desarrollar la capacidad de comprensión y organizar la información
mediante la propia experiencia. Se debería reestructurar la organización
escolar, los tiempos y espacios escolares. Esto quiere decir que la escuela no
puede seguir con las mismas formas básicas de enseñar, ni las mismas formas de
evaluar, ni los mismos tiempos escolares, ni la misma organización y
distribución del tiempo escolar tan rígido.
Los famosos deberes de los que muchos profesores abusan.
¿Aprenden más los niños cuantos más deberes para casa tengan? Más deberes para
casa implican mayor ayuda externa al colegio, de padres o academias. ¿Y los
padres que trabajan hasta tarde y no pueden ayudar a sus hijos? ¿Y los padres
que tienen que trabajar hasta tarde para conseguir llegar a fin de mes y no
pueden permitirse una academia para que ayuden a sus hijos con los deberes?
Ahora bien, ¿cuánto tiempo escolar necesitan los alumnos para
completar todas las tareas y aprendizajes que se deben desarrollar en la
escuela? Y con ello, no terminarlas en horarios extraescolares, por supuesto.
Nos encontramos en un punto que no podemos dar respuesta a
muchas funciones que habrá que incorporar en la escuela y tampoco podemos responder
a las nuevas necesidades de aprendizaje.
«Al mismo tiempo que se
sigue imponiendo el modelo de organización escolar secular, inmutable y
uniforme, se demanda de la escuela cambios profundos, fijándose para ellos una
serie de objetivos, como, por ejemplo ,abrir la escuela a su entorno, utilizar
la tecnología moderna, tener en cuenta la heterogeneidad de los alumnos
diversificar las prácticas pedagógicas y las fuentes de conocimiento, y, de
forma particular, fomentar la participación activa del alumno en la
construcción de sus conocimientos, etc., objetivos todos ellos que requieren
una planificación del tiempo variable y adaptable, es decir, móvil»[2]
Es necesario e imprescindible crear un tiempo escolar que sea
capaz de dar respuesta a las necesidades de aprendizaje que los cambios
sociales plantean. Estas realidades nos hace pensar que es necesario y urgente
un replanteamiento de las funciones de la escuela y de la organización de la
Enseñanza Obligatoria.
3. Relaciones familia y escuela
Los tiempos cambian, la sociedad es un sujeto variable que se
tiene que adaptar a esos cambios y asumirlos como mejor pueda. Esto es lo que
hace que la familia cambie, la escuela evolucione, y con ello la relación entre
ellas. No podemos hablar de los mismos intereses en diferentes puntos de la
historia.
La mayoría de los padres hoy en día buscan en la escuela un
sitio donde sus hijos aprendan conocimientos como matemáticas, inglés y lengua.
No hay un mínimo interés en el desarrollo personal del niño, en formarlo como
ciudadano, como persona. Son términos que muy pocas familias consideran
importantes. Un padre lo primero que mira en un boletín de notas son las
calificaciones numéricas de los resultados en las materias tipo matemáticas,
etc. Sin embargo, si en las observaciones personales, se nombra el como
empatiza con sus compañeros, si comparte, si falta el respeto a los demás, si
acepta las críticas, etc. eso para ellos tiene un valor secundario. Prefieren
un hijo con un coeficiente intelectual alto y una educación social nefasta, a
un niño de un coeficiente intelectual medio/bajo y una educación social buena.
Para la gran mayoría de los padres, es mejor presumir de los resultados
académicos de sus hijos antes que de lo buena persona que es.
A lo que los docentes quieren llegar es a poder trasmitir a sus alumnos unos
conocimientos de las materias como matemáticas y lengua, pero a su vez
formarlos como personas. Y el gran papel del docente es a su vez que
transmitírselo a sus alumnos, es hacerles ver a los tutores que el desarrollo
social y emocional del niño tiene la misma e incluso más importancia.
El gran problema que se presenta en esta sociedad es que las
familias tienen un grado escaso de participación en las escuelas. Por lo que no
son totalmente conscientes de lo que trabajan los niños en ella. Esto quizás
también dependa del docente, que dependiendo de su grado de implicación,
atraerá la atención de las familias, de una manera o de otra.
Otra cuestión que nos planteamos es lo que representa la
escuela para los padres. Para algunos es un sitio donde sus hijos aprenden
conocimientos y a ser personas, y sin embargo para otros es un sitio de
custodia, donde dejar a sus hijos un periodo de tiempo mientras trabajan o
simplemente para deshacerse un rato de ellos y ya de paso que aprendan algo.
Muchas de estas cosas pasan porque los padres cada vez tienen horarios más
difíciles. Y juegan con las actividades disponibles para tener a sus hijos
vigilados y ocupados mientras trabajan.
Esto es consecuencia del cambio de la sociedad, y no siempre
las adaptaciones a esta son las mejores, pero se realizan como se pueden.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:
- ALBERDI, I. (1999) La nueva familia española. Madrid:
Editorial Taurus.
- IGLESIAS DE USSEL, J.;
TRINIDAD REQUENA, A. (2005) Una
introducción a la sociología general. Madrid: Editorial Tecnos.
- MINUCHIN, S. (1992). Técnicas de Terapia Familiar.
Paidós, Barcelona.
- GINER, S. (1996). Sociología. Ediciones Península,
Barcelona.
- GIDDENS, A. (1981). Sociología. Editorial Alianza,
Madrid.
Lucía Torralba Poyatos
Clara María Urango Mozo
2º Primaria A
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